La intervención supondrá una inversión de 250.000 euros aproximadamente
La alcaldesa de Baeza, Lola Marín, ha comparecido en rueda de prensa junto a Marcial Morales, concejal de Obras y Mantenimiento de la Ciudad, para presentar la segunda parte de la reforma integral de la calle Real de San Andrés que revitalizará y pondrá en valor este espacio tan singular como la Iglesia de San Andrés, custodiada por los patronos de Baeza.
En este sentido, la máxima representante municipal ha explicado que “tras el buen resultado del primer tramo en el Real de San Andrés, cuyo plazo de ejecución se ha cumplido a la perfección y se ha desarrollado sin ningún contratiempo”, el proyecto para la intervención integral en el segundo tramo de esta calle tan castiza irá desde el inicio de la calle en la Acera de la Magdalena hasta la esquina con la calle Rojo. La alcaldesa de Baeza, Lola Marín, ha destacado la importancia patrimonial que va a suponer recuperar por completo el Real de San Andrés, una de las calles más importantes de nuestra ciudad, y en la que se celebran acontecimientos importantes como las Fiestas del Concejo.
En este sentido, desde la Concejalía de Obras se ha realizado un diseño especial acorde a los condicionantes de esta calle por lo que la actuación, detallaba la primera edil, “llevará plataforma única y se realizará su arreglo integral con todas las canalizaciones como mejora y sustitución de todos los servicios como la alta tensión, alumbrado público, saneamiento, telefonía y telecomunicaciones”. Además, Marín recordaba la rehabilitación y restauración del Pilar de San Andrés –con una inversión de 30.000 euros- que ahora será puesto en valor junto a la Iglesia de San Andrés, pues se ampliará la zona de acerado realzando el esplendor del templo.
Novedad
Como novedad, Lola Marín, ha anunciado que -en el cruce de calle Rojo con la calle Doctor Ojeda y calle Real de San Andrés- “está previsto realizar el aspa de San Andrés en piedra, un hito que nos recordará siempre la tradicional hoguera que se realiza cada año en la ciudad en la víspera de su patrón” ya que “los lugares en los que vivimos deben tener el sello y la impronta del espacio que ocupan”.
