Esta decisión se ha tomado tras ver que la empresa dejó de trabajar en mayo

María del Carmen García, Francisco Javier Lozano, durante su rueda de prensa.
María del Carmen García, Francisco Javier Lozano, durante su rueda de prensa.

La concejala de Urbanismo, María del Carmen García, y el portavoz del equipo de Gobierno y concejal de Información Ciudadana, Francisco Javier Lozano, han comparecido ante los medios de comunicación, para explicar a la ciudadanía el estado en el que se encuentra la intervención en el Palacio Vázquez de Molina, sede oficial del Consistorio ubetense.

Se trata, como ha dicho Lozano, de uno de los monumentos renacentistas más emblemáticos de la ciudad, edificio protegido en primer grado por el PEPCH y Bien de Interés Cultural, situado en el enclave estratégico de la zona de valor universal excepcional (VUE) declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO, que, como se ha recordado, necesitaba desde hace años de una intervención urgente, dados sus problemas estructurales.

Esta obra pudo comenzar a acometerse, ha indicado el portavoz, gracias a una subvención que logró el equipo de Gobierno, en el anterior mandato, a cargo del 1,5 por ciento Cultural, otorgada por el Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, con un presupuesto de algo más de 1,6 millones de euros al que se suman casi 700.000 euros por parte del Ayuntamiento de Úbeda, para completar esta primera fase.

Como cualquier obra de esta cuantía y envergadura, la adjudicación de estas obras se realizó mediante licitación pública y fueron adjudicadas a la mercantil Alberto Domínguez Blanco Restauración Monumentos S. A., con una baja en el precio del contrato por parte de la misma de un 21 por ciento, que no incurrió en baja temeraria, y que fue ajustada a la legalidad y a la normativa, tal y como estableció la mesa técnica de contratación de las obras”, ha remarcado.

Comienzo de la obra
Como la ciudadanía recordará, ha subrayado Francisco Javier Lozano, la implantación de la obra ya fue compleja, ya que se inició en pandemia, en plena crisis económica y bélica, con escasez de materiales en el mercado –acero y madera, entre otros- y personal, de forma generalizada. A ello se une, que todo el personal que trabajaba en el Palacio tuvo que ser trasladado al Palacio Marqués de Mancera, traslado que se alargó más de lo esperado por su complejidad logística.

Salvados estos inconvenientes, ha seguido explicando el edil, dio comienzo la intervención. “El desarrollo de las obras, como en cualquier proceso de restauración, tuvo que adaptarse a las complejidades encontradas las cubiertas, una zona especialmente delicada. La situación siempre se abordó con espíritu de colaboración por parte del equipo técnico del Área de Urbanismo, que ha trabajado con absoluta profesionalidad”, ha expresado.

Por esta dificultad de suministros, imprevistos, inclemencias meteorológicas la empresa solicitó prórrogas en la ejecución del proyecto, que el Ayuntamiento, a su vez, requirió al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y la respuesta fue favorable, de manera que se otorgaron estos aplazamientos.

Pero, según Lozano, en marzo saltan las alarmas, cuando el Consistorio ubetense fue conocedor de que algunas empresas subcontratadas y proveedores no estaban cobrando, por parte de la empresa Alberto Domínguez Blanco, los servicios prestados, por lo que dichas empresas deciden abandonar los trabajos que estaban realizando.

En mayo, los técnicos municipales de Urbanismo avisan que las últimas certificaciones tienen importes muy bajos, siendo la certificación correspondiente al mes de mayo de importe cero euros, es decir, “que no se estaba ejecutando obra en el Palacio Vázquez de Molina”, situación que provoca una reunión urgente para valorar el tema y las acciones a poner en marcha, ya que la intervención no se ajusta a la cronología establecida.

En dicha reunión, la dirección facultativa de las obras informa de que esta obra no cuenta en la actualidad con el personal necesario para acometerla e incluso que la empresa está retirando materiales y medios auxiliares, “hechos que evidencian el abandono de las obras por parte de la empresa adjudicataria“.

Dada la situación, los servicios jurídicos del Ayuntamiento concluyen que la única vía legal que cabe es que se inicie la resolución del contrato de obras. por causa imputable a la empresa por abandono de la obra.

Otra de las incógnitas que la Administración local ha querido conocer era si se trataba de un problema de esta empresa con las obras del Palacio Vázquez de Molina o si era una dificultad que la empresa tenía internamente y también en otras intervenciones, de manera generalizada. “Según las informaciones que hemos recabado, se trata de un problema de la empresa, porque esta misma situación se está dando en otras obras que está llevando a cabo”, ha comentado.

Hasta el momento, ha concretado el edil, el Ayuntamiento ha certificado y pagado más de 700.000 euros, que supone el 44 por ciento de la ejecución de la obra, por lo que se constata que la empresa ha ido recibiendo el montante económico para ir pudiendo desarrollar la obra, por lo que desde el Ayuntamiento no se comprende cómo la situación ha desembocado en esta realidad, “dejando a pagar a otras empresas y proveedores a los que había contratado, cuando el Ayuntamiento ha cumplido con las acciones de pago”.

Acciones tras el abandono
Así las cosas, el Ayuntamiento de Úbeda ha iniciado el expediente de resolución del contrato, según las recomendaciones técnicas y jurídicas. Por supuesto, ya que se trata de una intervención financiada al 70 por ciento por el Gobierno de España, éste ha sido informado, puntualmente, de todas las incidencias acaecidas.

Ahora, el Consistorio trabaja para que la subvención concedida no se vea afectada. “El Ministerio nos ha dado un plazo hasta el 24 de agosto, para entregar una planificación de cómo este Ayuntamiento va a reconducir la situación, con un cronograma con las acciones a seguir”, ha señalado.

De este modo, la intención del Ayuntamiento es que se adjudique la parte que resta por ejecutar de esta primera fase y seguir interviniendo en este palacio lo antes posible. “Vamos a solicitar una prórroga de doce meses para poder concluir la intervención y por supuesto, el equipo de gobierno va a emprender tantas acciones legales sean necesarias para salvaguardar los intereses de la Administración local y, por ende, de la ciudadanía ubetense”, ha confirmado.

En aras de la transparencia y siendo un tema tan delicado, ayer miércoles se convocó una reunión informativa con los portavoces del resto de grupos de la Corporación municipal, en presencia de los técnicos que componen la Dirección Facultativa, el Jefe de los Servicios Técnicos de Arquitectura y Urbanismo, y el Secretario General del Ayuntamiento, para explicar la situación actual y los antecedentes, y poner a disposición del resto de grupos políticos que integran la Corporación toda la información de primera mano y el expediente completo. Tras esta reunión, hoy se ha dado a conocer al resto de la ciudadanía, con el objetivo de cumplir con la responsabilidad de la absoluta transparencia como Administración.

Por su parte, la concejala de Urbanismo ha manifestado que tratándose de obras de restauración y dada la envergadura de las mismas es habitual, en cierto modo, que el programa de trabajo se altere, ya que siendo la rehabilitación de un edificio histórico de estas características siempre suelen surgir contratiempos, que ocasionan la ralentización de la ejecución. Para tratar todas esas cuestiones siempre se ha colaborado con la empresa para consensuar soluciones, ampliar plazos.

Pero esos retrasos, ha continuado diciendo García, han llegado a un punto que no eran comprensibles y así lo puso de manifiesto la dirección facultativa de esta obra. “Los retrasos eran tan insalvables que el plazo de entrega es el 24 de julio y la obra solo está certificada en un 44 por ciento”, ha matizado.

De este modo, la concejala ha evidenciado el abandono de la empresa recordando que la misma ha retirado los andamios, se ha dejado el paño de la cubierta norte sin completar a falta de las tejas, en la cubierta sur ha quedado un triángulo en el que tampoco se han colocado las tejas, etcétera. Por todo ello y más, queda patente que existe una clara falta de voluntad por parte de la empresa de continuar con el desarrollo de la restauración, “pese a ser advertidos de los incumplimientos en los plazos mediante reiterados informes técnicos de la dirección facultativa”.

Una vez que saltan estas alarmas, este Ayuntamiento busca información en dos vías. La primera, tratando de averiguar si el problema que se planteaba con esta empresa afectaba solo a la obra del Palacio Vázquez de Molina, cuestión que tras consultas externas nos ponen sobre aviso de que las dificultades de esta empresa son extensibles a otras obras en otras localidades. Y la segunda, se ha tenido un conocimiento de que la empresa ha estado tratando de ceder a otras empresas esta obra -algunas de ellas empresas locales-, pero ha obtenido como respuesta una negativa.

Viendo el panorama de “no retorno”, la Alcaldía toma la decisión, previo consenso técnico y jurídico, el 26 de mayo de firmar, por parte de la alcaldesa de la ciudad, ya que era el último día ante de que la alcaldesa entrara en funciones, la incoación del expediente para la resolución del contrato.

Curiosamente el 16 de junio, “quizá como acto premonitorio de las intenciones de la mercantil”, la empresa registra en el Ayuntamiento una comunicación del cambio de razón social y del nombre de la empresa a ‘Mastaba’, un movimiento bastante sospechoso a juicio del Gobierno local, dado el significado del nuevo nombre de la empresa alude a un monumento funerario egipcio.

La concejala ha concluido asegurando que este Ayuntamiento va a recurrir a todas las vías que sean precisas para salvaguardar en primer lugar la integridad del Palacio Vázquez de Molina, y para reclamar todos los daños y perjuicios que se están originando a la ciudad por la indolencia e irresponsabilidad de la empresa que de manera unilateral ha dejado la intervención en completo estado de abandono. Como vía de solución se va a realizar la licitación de la obra restante, con la intención de que el edificio no sufra daños y se mantenga la subvención concedida.